Ya muchas iglesias lo estan experimentando, están creando el espacio adecuado para que su miembros sean la Iglesia.
En su primera carta el Apostol Pedro se refiere a la dinamica natural de los miembros de la iglesia, esta es que “cada uno ministre (sirva) con los dones que Dios le dio”.
Solo quiero destacar tres aspectos de esta simple frase que puede cambiar nuestra forma de ejecutar el ministerio.
1) El enfoque de esta dinamica no esta en la realizacion consecutiva de reuniones, programas o actividades sino en la simple esperanza de que cada miembro de nuestra iglesia pueda desarrollarse como protagonista de la vida de la iglesia y no como espectador, no como consumidor de toda nuestra programacion de actividades sino como un productor que da fruto. (Fruto son personas)
Para esto deberemos desarrollar una forma de trabajo orientado a estos fines, donde cada miembro pueda ir dando pasos de crecimiento hacia esta forma de vivir la fe, muy diferente a ocupar un espacio de un banco. Sin darnos cuenta o premeditadamente hemos generado o facilitado una forma de vivir la fe que no necesita de mas condimentos que asistir aun lugar, sentarse, escuchar para despues volver a la rutina.
2) El segundo aspecto es que esta dinamica descansa en ellos y no en nosotros (los pastores), de esta conclusion es que muchas veces sentimos que «hacemos mucho y vemos poco», necesitamos trabajar a largo plazo para que «ellos» sean los que ministren, ellos sean los que ejerciten dones (especialmente debajo del pulpito) para que la vida de la iglesia empiece a volcarse exactamente hacia quienes son el objetivo de la creacion de la iglesia: «Las personas perdidas».
Si las personas perdidas no estan siendo alcanzadas, la iglesia no esta cumpliendo su mision. Todo nuestro cronograma de actividades no le cierra a Dios si nuestra iglesia no esta alcanzado personas.
Justamente la tarea que se nos encarga en la Palabra (Efesios 4.12) es realizar esta tarea de capacitar a los miembros para que hagan la obra.
3) Cuando Pedro nos invita a esta dinamica no la coloca como una mas sino que coincidiendo con el Pablo la coloca como aquella dinamica que traera crecimiento.
En Efesios 4.16 claramente se muestra que es esta «actividad propia de cada miembro» la que permitira a «todo el cuerpo» recibir el crecimiento.
La gran confusion ocurre porque todos buscamos las claves del crecimiento afuera de nuestros miembros, buscamos programas, metodos, campañas, etc, cualquier cosa que nos ayude a ver un poco de luz y soñar que el crecimiento llegara, pero este solo llegara cuando seamos sumisos a lo que Dios por medio de Pedro y Pablo nos invitan a hacer.
Ejecutar un forma de trabajo no orientada a lo publico (reuniones) sino a capacitar a cada miembro para que ministre y haga la obra.
Hasta que no entremos en este terreno seguiremos entreteniendo y emocionando a nuestros miembros pero no cumpliremos el objetivo de que ellos se desarrollen, ejecuten la mision y traigan crecimiento a la iglesia.
Es por esto que muchas iglesias hoy estan desarrollando planes que se alejan de lo instantaneo, magico y a corto plazo y caminan un sendero de aprendizaje en el cual sus miembros deben volverse responsables, activos y protagonistas de la vida de la iglesia.
Anímese usted también y empiece a ver lo que Dios quiere hacer en su iglesia.
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Dios bendiga su vida, familia y ministerio.
En Cristo.
Tito Robert (Director del Ministerio Crecer)
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