Tres cualidades que necesitamos con urgencia
El texto de 1 Crónicas 12.32 nos habla de los hijos de Isacar. Estos
eran “entendidos en los tiempos, que sabían lo que Israel debía hacer,
y cuyo dichos seguían todos sus hermanos”. Sugiero que hay aquí tres
características por las que debemos pedir a Dios. La iglesia lo
necesita, la sociedad lo espera.
Entender
Necesitamos entender el tiempo en que vivimos. Es urgente poner
atención a lo que la Palabra y el Espíritu dicen a la iglesia en esta
hora. Nuestros países latinoamericanos necesitan hombres, mujeres,
pastores, con la capacidad de comprender el contexto, el compromiso de
ir a la Palabra para encontrar respuestas y el desafío de regresar
“afuera” para comunicarlas en palabras y en hechos, con razón y
sentimiento, con verdad y compasión. Tenemos una palabra que dar, un
rol especifico para desempeñar. Dios nos tiene en este lugar y en este
tiempo con un propósito. Hemos de pedir el don del discernimiento para
ver lo que no se ve, para comprender la realidad tal como es y no caer
presos de la propaganda oficial o el interés de un grupo económico o
político determinado
Actuar
No es solamente cuestión de quedarse en la protesta o en el análisis,
hemos de ir por más. Necesitamos la guía de Dios para encontrar
estrategias, pasos y medios para llevar a cabo lo que él nos muestre.
Dios no lo hará por nosotros, es nuestra responsabilidad. Esto
requerirá sacudirnos de una actitud pasiva que espera que las cosas
sucedan solas. También de un pesimismo anticristiano que sostiene que
nada puede cambiarse pues todo marcha a la destrucción. No es
suficiente saber que hacer, tenemos que hacerlo y pronto.
Influir
Estas personas tenían influencia sobre otros. Su liderazgo no estaba
basado en criterios humanos de cantidad, fama, poder, posesiones, etc.
Nótese que era un grupo pequeño en comparación con otros mencionados
en este capítulo. Su influencia estaba dada por su capacidad de
entender los tiempos y de saber trazar un plan de acción viable. Esa
fusión entre visión y acción sería altamente atractiva y convocaría a
muchos otros para sumarse. Es la cooperación, la unión con otros, que
nos permitirá realizar lo que Dios espera de nosotros.
Pidamos que “Dios abra los ojos de nuestro entendimiento” y que
tengamos capacidad de comprender, de analizar, de reflexionar en
nuestro tiempo y nuestro contexto.
Pidamos a Dios que nos permita saber lo que debemos hacer. ¡Que nos de
creatividad para encontrar nuevas respuestas a los viejos problemas!.
Pidamos a Dios que podamos influir a otros para unirse al obrar de Dios.
Daniel
www.danielbianchi.com
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