“Sin visión, el pueblo muere”. “Vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños” (Hechos2.17) Los expertos en administración aconsejan fijar metas de corto y largo plazo. El político publica su manifiesto electoral. Los jefes militares trazan una estrategia de campaña. Ya sea se lo llame “meta”, “manifiesto” o “estrategia”, se trata de una visión.
¿Qué es visión? Es el acto de ver., una percepción de las cosas en la que se combinan la predicción y la intuición. La visión esta compuesta por una profunda disconformidad con lo que es y una clara comprensión de lo que puede ser.
Surge de la indignación por la situación actual y se transforma en la diligente búsqueda de una alternativa. Ambos aspectos se manifiestan en el ministerio de Jesús y deben manifestarse en nuestro ministerio. Indignación frente a la enfermedad, la injusticia, el hambre y la muerte de la gente, pues comprendía que eso era ajeno al propósito de Dios. De ahí nacía su compasión y amor por las personas. Indignación, compasión son una combinación poderosa. Ambos son esenciales a la visión y al liderazgo.
La apatía es la aceptación de lo inaceptable, el liderazgo comienza con una rotunda negativa a esa actitud. Como decía un pastor polaco frente a la ley marcial “Lo indignante es la ausencia de indignación”. ¿Cómo podemos tolerar lo que Dios juzga intolerable? Esta indignación es el que lleva a los líderes a reaccionar. Pero esta indignación es estéril si no nos mueve a la acción positiva para remediar lo que ha provocado la ira. Citando a Bernard Shaw podemos decir que “Tu ves la cosas tal como son y preguntas “¿Por qué?”. Pero yo sueño cosas que nunca han sido y pregunto “¿Por qué no?”.
Abundan los ejemplos bíblicos y seculares. Moisés se horrorizo ante la opresión de los israelitas. Recordó el pacto de Dios con Abraham, Isaac y Jacob y a lo largo de su vida lo sostuvo la visión de la “Tierra Prometida”. Nehemías se entero de que los muros estaban en ruinas y su pueblo sufriendo. La notica lo agobio hasta que Dios puso en su corazón lo que podía y debía hacer. Nehemías llamo a la gente “Vengan y edifiquemos” y la gente respondió “Levantémonos y edifiquemos”. Los primeros cristianos tenían plena conciencia del poder de Roma y su hostilidad hacia el pueblo judío pero Jesús los había mandado “hasta lo ultimo de la tierra” y esa visión los transformo. Saulo de Tarso fue educado para aceptar como inevitable el abismo entre judíos y gentiles. Pero Jesús puso en su corazón la visión de llevar el evangelio a los gentiles y el no fue “rebelde a la visión celestial”. Esa visión lo llevo a trabajar, sufrir y morir por esa visión. Martin Luther King furioso por las injusticias de racismo tuvo el sueño de la dignidad para los negros y vivió y murió por la realización de esa visión.
El mundo puede ser ganado para Cristo por medio de la evangelización y puede ser hecho más agradable por medio de la acción social. ¿Por qué no se enciende nuestro corazón con esta esperanza? ¿Dónde están los cristianos que les desagrada lo que ven, que se indignan y rehúsan conformarse? ¿Dónde están los cristianos que sueñan con cambios y mejoras para las personas y deciden hacer algo al respecto?
Sucede muy poco mientras no tenemos visión y sueños. Detrás de todo gran logro hay alguien con una visión y un sueño. ¿Serás de aquellos que abrazan una visión al punto de dar tu vida por ella? ¿Estas dispuesto a ver, sentir, compadecerte, responder, accionar, sufrir y perseverar hasta que la visión que Dios ha puesto en tu corazón sea realizada? Si es así, Dios va con vos.
Estudios Basados en el Libro “La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos” de John Stott
Tito Robert
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