Una de las primeras decisiones de Dios una vez que había concluido su idea original fue introducir el elemento de ayuda para el hombre. Rápidamente Dios llego a la conclusión de que el ser humano necesitaba ayuda idónea o adecuada. Desde Adan hasta el ultimo ser que haya nacido es evidente que todos nosotros necesitamos de ayuda. Este no es un punto que se discute pero el hecho de que no se discuta no significa que todos somos proactivos en la búsqueda de ayuda. En el caso de Adan, Dios proveyó la ayuda adecuada. Es vital entender que Dios adopta la idea de que buscar y obtener ayuda no es un rasgo humano sino que es un rasgo de Dios hacia el hombre.
Hay tres aspectos que podemos señalar e incorporar en nuestro ministerio. Si Dios creyó importante dar estos pasos, cuanto más será importante para nosotros reconocer su necesidad y buscar la forma de imitar a Dios en su accionar. Dios detecta que es necesario buscar ayuda, Dios trabaja para buscar ayuda adecuada y Dios concreta la ayuda adecuada para el hombre.
En primer lugar es necesario que dediquemos tiempo a observarnos, oración, reflexión y análisis servirán para detectar en que aspecto necesitamos ayuda. Dios hizo esto por el hombre y detecto el aspecto de que sin una mujer el no podría desarrollarse plenamente y reproducirse. Seguramente en nuestra vida y ministerio hay aspectos en los que si no buscamos la ayuda adecuada no podremos desarrollarnos plenamente. La idea de Dios es que detectemos en que aspecto necesitamos ayuda. Este es el primer paso.
El segundo paso de Dios es que el trabaja para conseguir la ayuda adecuada. Muchas veces solo relacionamos el trabajo con aquello que hacemos hacia los demás pero en este caso Dios nos da su ejemplo de trabajar para mejorar nosotros. La atención y dedicación que le prestemos a nuestra necesidad de ayuda puede hacer la diferencia en nuestro ministerio ya que si nosotros no buscamos las ayudas adecuadas en las diferentes áreas en las cuales debemos desarrollarnos continuaremos transitando esas áreas en mediocridad y no alcanzaremos el pleno desarrollo que Dios planeo para nosotros. Dentro del plan de Dios, detectar en que necesitamos ayuda y trabajar para obtenerla son pasos que Dios dio personalmente, cuanto mas nosotros debemos con diligencia hacer estas cosas.
El tercer paso es concretar esa ayuda en nuestra vida para que a partir de ella podamos crecer, desarrollarnos y ver resultados diferentes en nuestra vida y ministerio.
Buscar ayuda es el mejor antídoto para no terminar como grandes hombres de Dios que cayeron en pecados personales, buscar ayuda es la forma de mantenernos terrenales y no creernos inmunes, buscar ayuda es reconocer la necesidad de otros en nuestra vida, buscar ayuda no es rebajarse sino empezar a crecer.
Tito Robert
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