En Génesis 1.28 Dios le asigna algunas responsabilidades al hombre bajo su bendición. Sus palabras son “Sean fructíferos”, “multiplíquense”, “ llenen la tierra”, “sometan la tierra”, “dominen”.
Todas estas frases demuestran que Dios nos ha hecho responsables de lo que hacemos con nuestras vidas y de nuestro aporte al avance de su idea para este mundo.
Las formas en que cada uno de nosotros ha respondido a estas asignaciones se ve reflejada en nuestro carácter. La responsabilidad bien asumida genera fortaleza. El trabajo que Dios nos asigno cuando es bien realizado genera una convicción de propósito en nuestra vida que nos prepara para mayores desafíos.
Las palabras de que “quien es fiel en lo poco, será fiel en lo mucho” nos hablan de este crecimiento que se da en cada uno de nosotros cuando respondemos con fidelidad a los trabajos que Dios nos encarga.
Tenemos que reconocer que siempre que dejamos un trabajo inconcluso también nuestro carácter se ve afectado. Si carácter es “la distancia entre lo que decimos y lo que hacemos”, cada responsabilidad eludida se vuelve un factor de debilidad en la formación de nuestro carácter.
Eludir las hermosas responsabilidades que Dios no ha dado de ser creativos, trabajadores, de proyectar, de realizar o de emprender nos aleja del propósito de Dios para nuestra vida.
Cuando como los trabajadores fieles de la parábola de los talentos nos despojamos del temor y
nos animamos a asumir nuevas responsabilidades, iniciar nuevos proyectos o desarrollar nuevas tareas nuestro carácter se fortalece y crece. Como dice Stott “Podemos decir que cuando permanezcamos ociosos ( en vez de activos) negamos un aspecto fundamental de nuestra naturaleza humana, contradecimos el propósito de Dios para nuestra vida y abandonamos parte de nuestra propia realización como hijos de Dios”
La contraposición de Proverbios 24.10 “si sos flojo en el día del trabajo, tu fuerza será reducida” podría ser “si sos responsable en el día del trabajo, tu fuerza será aumentada”.
La experiencia personal de muchos es esta, en la medida que somos responsables con lo que Dios nos ha asignado nuestro carácter se forja para asumir responsabilidades mayores.
Ante los desafíos actuales Dios tiene grandes responsabilidades aun que delegarnos y solo podrán ser asumidas por aquellos que respondiendo día a día a aquello que Dios les ha indicado hacer han forjado y fortalecido su carácter para estar listos cuando Dios los necesite. ¿Serás uno de ellos?
Tito Robert
Ministerio Crecer
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