Siempre recuerdo la primera vez que mi profesor me dio un ejercicio de programación para realizar. Llegue a mi casa y intente tres veces realizarlo y desistí. En mi corazón (en ese momento) creí que eran suficientes intentos. Al otro día cuando con mucha tranquilidad le dije a mi profesor que no había realizado el ejercicio porque había intentado tres veces y no había logrado realizarlo, el me respondió con una frase que todavía retumba en mi cabeza y que provoco en mi interior un cambio de actitud hasta el día de hoy.
“Si usted no va a intentar hasta realizar las cosas, dedíquese a otra cosa”
Es solo intentando en el campo de la acción que uno aprende a realizar las cosas. Los grandes descubrimientos han sido producto de miles de intentos fallidos. Cuando no vemos concretado aquello que deseamos debemos preguntarnos ¿Cuantas veces lo intentamos?
El primer escape a intentar es razonar y hablar demasiado. Hay cosas que solo se aprenden si usted intenta hacerlas. Ni siquiera se acercara a aprender algo sobre ellas si sigue razonando la mejor manera de hacerlas o si sigue analizando si el sentir acompaña correctamente la acción. Si entiende que es de dios y debe hacerla solo salte. Satanás se especializo en dejar a los cristianos “razonando en como se hacen las cosas”.
Cuando uno salta al campo de la acción e intenta se rompen los miedos y los obstáculos se desvanecen.
A lo sumo deberá recorrer un camino de aprendizaje donde seguramente tendrá mas errores que aciertos las primeras veces, pero una vez que usted logre lo que deseaba se dará cuenta que aprendió cual era el camino hacia ese logro y lo podrá repetir en forma indefinida e ilimitada.
Como lideres necesitamos intentar hasta aprender a recorrer los caminos de los hábitos que nos hacen obedientes y efectivos. Una vez aprendidos estos hábitos e incorporados a nuestras vidas nuestra existencia se ordena y los objetivos parecen mas cerca.
Un simple ejemplo es el habito de evangelizar a otra persona, debemos capacitarnos e intentar hasta que “ir a buscar a un perdido” cada semana y presentarle el evangelio sea para nosotros tan natural como orar.
El compromiso que usted ponga en intentar y no dejar de hacerlo hasta aprender a hacer esto bien habla mucho de usted como cristiano. Una vez logrado este propósito tome otro y así sucesivamente, siempre intentando, siempre aprendiendo, siempre gastando mas tiempo en probar y accionar que en razonar y sentir y comenzara a ver una diferencia en su vida. Con cada aspecto de su vida o hábito conquistado usted crecerá, perderá los miedos, vera la mano de Dios en su vida y su capacidad de soñar nuevas conquistas aumentara.
Necesitamos de líderes y cristianos que prueben hasta lograr y que intenten hasta alcanzar. Siempre me acompaña una canción que mi hermano me regalo que dice “no desista, no deje de luchar”, o dicho de otra manera “Siga intentando”. Siempre que Dios actúa desde el cielo es porque abajo hay un hombre intentando ver su poder. Pruébelo y después me cuenta.
Tito Robert
Ministerio Crecer
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