Los pastores evangélicos que guían al crecimiento de la iglesia asumen dos actitudes bíblicas que proveen la base para lograr que la iglesia crezca, se extienda a barrios vecinos y participe en alcanzar hasta lo último de la tierra. Son actitudes que cada persona en lo individual puede asumir, y que especialmente esperamos de quienes nos guían y dirigen.
Como aprendemos de numerosos pasajes e historias bíblicas la primera actitud de la que hablamos es la de asumir el desafío de obedecer los mandatos de Jesús y atrevernos a cruzar el límite de lo rutinario para volver a poner en práctica la estrategia de Jesús y sus discípulos para alcanzar a los que no conocen a Dios. Parece que esto es fácil, nada nuevo… pero al chequear entre los miembros de nuestra iglesia quienes presentaron el evangelio o quienes estan discipulando a una persona, nos confrontamos con la triste realidad que son muy pocos los que lo hacen.
De esto estamos hablando, y es un desafío a asumir ponerlo en práctica y guiar a que toda la iglesia lo incorpore como la práctica de los mandatos de Jesús.
La segunda actitud es avanzar sin ver, avanzar por fe, avanzar con la seguridad de estar haciendo lo que nos manda la Palabra de Dios, avanzar para que Dios obre con poder al ver nuestra obediencia. Todos deseamos y esperamos ver resultados, frutos, crecimiento, pero nos cuesta seguir avanzando cuando no lo vemos.
Necesitamos fe para continuar, para cruzar los momentos de desánimo y proseguir con la seguridad de que Dios cumplirá sus promesas de dar el crecimiento al hacer su voluntad.
Busquemos en comunión con Dios recuperar estas 2 actitudes que nos ayudarán a estar guiando nuestra iglesia y célula al crecimiento.