Observando las iglesias que ud. conoce y que están creciendo
¿Con qué recursos cuentan para el crecimiento de la iglesia?
¿Mucha gente? ¿Un gran y estratégico lugar? ¿Un pastor comprometido? ¿Un grupo de líderes fuertes? ¿Un destacado grupo de adoración? ¿Recursos económicos para ofrecer películas, música, folletos, libros?
Sorpresivamente vemos que
el desarrollo y el crecimiento de la iglesia puede darse casi sin ninguno de estos recursos…
lo cual no significa que no sean útiles para la tarea que nos compete como iglesia.
Pero básica y fundamentalmente el recurso imprescindible que estas iglesias poseen es un grupo de cristianos comprometidos a obedecer la Palabra de Dios y sus mandatos para nosotros como sus discípulos. Porque cuando Dios encuentra un grupo (aún pequeño) de hijos suyos decididos a obedecer, Él siempre está listo para modificar nuestra situación como iglesia y encaminarnos a crecer.
Dios es fiel en cumplir sus promesas y busca hijos suyos que sean fieles a su Palabra. Él desea manifestar su poder a través de nuestras vidas y lo hace plenamente cuando nos enfocamos en hacer lo que Él nos manda.
La situación de nuestra iglesia es mayormente consecuencia de nuestra acción. Más allá de personas que traídas directamente por Dios se acerquen a nuestra iglesia o célula, nuestra obediencia en ir hacia las personas a evangelizar y a discipular completará el obrar de Dios en los corazones.
Cuando al observar nuestra iglesia o célula podemos sinceramente revisar si estamos obedeciendo la tarea que se nos encargó, cuando decidimos aún con un pequeño grupo comprometernos a poner en práctica estos mandados, damos el primer paso real para el desarrollo de la iglesia.