Al pensar en Procesos y Eventos leemos en Mateo 6.28 que Jesús indica a sus seguidores que «Consideren los lirios, COMO CRECEN».
Toda iglesia que desee crecer debe tomar el tiempo necesario para descubrir los principios de crecimiento que los lirios (y toda creación de Dios) encierran.
Jesús utiliza ejemplos tomados de la naturaleza y la agricultura para explicar las leyes que rigen el reino de Dios.
Los lirios del campo, la semilla que crece por sí misma, el crecimiento del grano de mostaza, el campo con cuatro clases de terreno, el árbol y los frutos, las leyes de la siembra y la cosecha.
Estos ejemplos no pueden ser cambiados fácilmente ya que las cosas no creadas por Dios no sirven para ilustrar el secreto de la vida.
«Considerar», acción que Jesús nos mandó realizar significa «examinar con exactitud», «aprender cuidadosamente», «investigar con dedicación».
¿Qué debemos examinar, aprender e investigar?
«COMO CRECEN».
Cuando sepamos COMO CRECEN las cosas que Dios ha creado, podremos aplicarlo a la Iglesia ya que la Iglesia es una creación de Jesús. («Yo edificaré mi iglesia»)
En Marcos 4.26-29 Jesús se dedica a ampliar el tema destacando con claridad cuál es y cual no es la tarea del hombre.
El hombre puede y debe… echar la semilla, levantarse y descansar.
Pero no puede producir fruto.
El fruto viene «de suyo» (dice la Biblia) (de sí mismo), automate (original automáticamente), sin razón visible.
A ese acto milagroso (de vida) que solo poseen las cosas que Dios ha creado (Plantas, animales, hombres, iglesias) lo llamamos «La Obra de Dios».
(Este extracto es parte del libro «Las 8 características de una iglesia saludable.» C. Wagner)
Cuando vemos crecimiento sabemos que Dios ha obrado.
Existe un criterio desconocido aún para la ciencia: “La capacidad de un organismo o especie de multiplicarse y reproducirse por sí mismo”
La iglesia tiene que considerar seriamente la recomendación de Jesús y ver más cuidadosamente «como crecen los lirios».
Ellos simplemente crecen por la acción conjunta de un hombre que siembra una semilla y un Dios que obra el crecimiento de esa semilla mientras el hombre descansa en el obrar de ese Dios que da el crecimiento.
Algunos de los inconvenientes que enfrentamos para colaborar en los procesos de crecimiento con Dios son:
– Nuestra falta de paciencia para descansar en sus lentos procesos.
– Nuestro ingenio que no descansa hasta encontrar «formas» de generar ese crecimiento mas rápidamente.
– Nuestra falta de perseverancia en los procesos que no llaman la atención.
– Nuestra inclinación a sustituir sus procesos por nuestros eventos.
¿EN QUE SE HA ENFOCADO LA IGLESIA? EN EVENTOS.
Ejemplos de Eventos: campañas, programas, películas, grandes encuentros, reuniones en edificios, etc.
Sus características son:
Fechas determinadas.
Corta duración.
Exigen mucha preparación.
Generan controversias.
Involucran a pocos por poco tiempo.
No generan crecimiento numérico en las iglesias.
No generan crecimiento en calidad.
Llaman la atención.
Exponen nuestro ego.
No desarrollan actitudes personales.
Son personalistas.
La mayoría es espectador.
Mucho ruido.
Apuntan a lo visible.
No hay reproducción de discípulos.
Características de los procesos de Dios: (Piense en los lirios)
Son constantes y regulares.
Son lentos (En el caso de los lirios hasta aburridos)
Permiten que todos se involucren (Cualquiera puede plantar una semilla)
Generan crecimiento numérico y en calidad.
Pasan desapercibidos (¿Vio un campesino sembrando en alguna tapa de diario?)
No exponen nuestro ego.
Desarrollan actitudes responsables.
Todos se pueden volver productores.
Silencioso.
El proceso apunta a lo que no se ve.
Reproducción.
Es hora de reconocer el siguiente hecho: «Nosotros no podemos producir el crecimiento de nada de lo que Dios ha hecho.»
Después de intentar durante muchos años de diversas formas y diferentes programas no hemos podido vencer la inercia de «no crecer».
Nos hemos agotado intentando guiar a nuestros grupos a un proceso de crecimiento constante.
Acercarnos a colaborar con Dios en sus procesos puede no solo traernos descanso sino también la posibilidad de ver lo que Dios hace cuando ponemos a un costado nuestras ideas y simplemente «hacemos nuestra pequeña parte» en SU OBRA.
Para participar de los procesos de crecimiento de Dios debemos aceptar que:
EL CRECIMIENTO VIENE POR LO REGULAR, NO POR LO EVENTUAL
Algunos de los procesos semanales en que Dios nos ha permitido participar y que han generado crecimiento en calidad y cantidad son:
Vida devocional personal.
Evangelismo personal en Hogares.
Discipulado personal en Hogares.
Células en Hogares.
Estas actividades practicadas con regularidad nos introducen en el proceso que en el plazo que Dios dispone nos permite ver fruto.
Ninguno de estos elementos se desarrolla a la vista de toda la iglesia, incluyen todas las características de los procesos y generan crecimiento lento pero seguro.
Si quiere saber si tiene una iglesia colaborando con los silenciosos pero efectivos procesos de crecimiento de Dios no mire su reunión.
Descubra que hace su gente de lunes a sábado fuera del edificio y empezará a encontrar respuestas al tan trillado tema del crecimiento.
Tener un grupo de cristianos en su iglesia que se dediquen a colaborar anónimamente en estos procesos de Dios le puede empezar a demostrar que todo lo que Dios ha creado (incluso la iglesia) crece naturalmente al ritmo que Dios desea cuando cuenta con voluntarios dispuestos a colaborar con «su obra».
Nosotros lo hemos hecho y hemos visto como Dios nos llevó en estos últimos tres años a ver que el fruto se duplique en dos oportunidades (20 a 40 y 40 a 80).
Hoy estamos convencidos por experiencia propia que los procesos son efectivos y vamos camino a una nueva duplicación del fruto.
Lo invito a intentar.
1ra Corintios 3.6-7 es cierto, solo necesitamos involucrarnos en los procesos de Dios.
Un abrazo en Cristo.
Tito Osvaldo Robert.
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