Una de las maneras más simples de intentar romper la inercia (ser siempre los mismos) en el trillado tema del crecimiento de las iglesias es entregarnos a participar fielmente y de manera constante a algunos procesos vitales que el Señor Jesús nos ordenó practicar.
Uno se inclina a pensar que el crecimiento está ligado a grandes acciones, momentos cumbres y engorrosos gastos, sin embargo, la experiencia propia nos demostró que esto no siempre ocurre.
Después de insistir durante un año para que nuestra iglesia se dedique a practicar algunos simples mandatos de Jesús y deje de lado el resto de las actividades, hemos podido descubrir la linda sorpresa de que el crecimiento está ligado a pequeñas acciones constantes, donde casi no existen momentos cumbres (salvo el momento de cosechar el fruto) y que no es necesario endeudarse.
Al iniciar nuestro proyecto de trabajo intentamos enfocar y concentrar a los miembros en cuatro procesos vitales: (Al hablar de procesos entendemos que incluyen una determinada regularidad)
Vida devocional personal
(Mateo 4.4 y 6.6 – Mateo 22.37)
Este proceso implica la imprescindible relación directa y diaria con Dios como el fundamento de nuestra dirección y alimentación.
Pregunta de chequeo: ¿Ha tenido usted la semana pasada encuentros diarios con Dios que incluyan la oración y la lectura de la Biblia?
Evangelismo personal en Hogares
(Marcos 16.15) Este proceso implica la obediencia regular a uno de los mandatos mas claros y simples de Jesús.
Incluidos los detalles que el mandato expresa.
IR: la responsabilidad de ir está de nuestro lado.
POR TODO EL MUNDO: Misión Global de acuerdo a Hechos 1.8.
PREDICAR: No confundir charlas amenas con la exposición del mensaje.
EL EVANGELIO: No cambiar el mensaje por otro tipo de ayudas.
A TODA CRIATURA: No discriminar.
Pregunta de chequeo: ¿Ha compartido el evangelio con alguna persona durante la última semana?
Discipulado personal en Hogares
(Mateo 28.18-20) Este proceso implica seguir el ejemplo de Jesús en formar personalmente discípulos.
Incluye los detalles de:
IR: Otra vez la responsabilidad está de nuestro lado (Gracias Señor por aclararlo)
HACER DISCIPULOS: Formar personas que incorporen los valores de Jesús.
A TODAS LAS NACIONES: Otra vez Misión Global. (Hechos 1.8) (Caramba, que coincidencia)
BAUTIZANDOLOS: Compromiso público que debemos empezar a ver realizado en nuestras iglesias mas seguido.
Desafíe a su iglesia a tener bautismos cada 3 meses para empezar.
ENSEÑANDOLES: La enseñanza persona a persona es la más efectiva.
QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE JESUS MANDÓ: La obediencia a las palabras de Jesús como eje de la vida cristiana.
Pregunta de chequeo: ¿Ha discipulado personalmente a alguna persona la última semana?
Pregunta dura ¿Cuántos discípulos ha formado personalmente usted hasta hoy?
Células en Hogares
(1ra Corintios 14.26 y 31 – Efesios 4.16)
Este proceso implica colocar a los miembros en un sitio informal, personal y participativo donde ellos edifiquen el cuerpo de Cristo a través de la actividad propia de cada uno, mientras están unidos al cuerpo.
Pregunta de chequeo: ¿Tienen sus miembros un sitio personal, informal y participativo donde vivir la vida de la iglesia en el barrio donde viven?
Seguramente estas ideas son archi-conocidas por usted y sus miembros, pero la pregunta es:
¿Alguna vez su iglesia se ha dedicado a practicar estos simples mandatos semanalmente y seriamente?
Nosotros sí, lo hemos probado.
No fue fácil porque estábamos acostumbrados a ocupar nuestro tiempo en reuniones de todo tipo, en planificaciones eternas, en encuentros de comisiones infinitas y en unas cuantas cosas más que (Caramba) Jesús no nos mandó a hacer.
Mire lo que pasó cuando nos movimos a vivir la vida de la iglesia así:
– Pasamos de ser 20 personas a recibir 92 nuevos miembros.
– Pasamos de ver 0 personas discipulando a ver 36 personas que discipulan cada semana personalmente.
– Pasamos de tener bautismos una vez al año a tener bautismos cada tres meses.
– Pasamos a recibir más de 10 miembros nuevos en los últimos 6 trimestres lo que nos demuestra estar en un determinado ritmo de crecimiento constante (no eventual).
– Pasamos a tener un grupo de 30 líderes comprometidos.
– Pasamos de 0 a 20 células.
– Pasamos de ser una iglesia egocéntrica a trabajar en 7 barrios a través de las células y «hasta lo último de la Tierra» sosteniendo parcialmente una misionera.
– Pasamos a ser más obedientes a los mandatos de Predicar y Hacer discípulos.
Conclusión
La clave de todo esto se encuentra en la simple obediencia a los mandatos de Jesús.
Justo en este punto parece radicar nuestro mayor problema.
Aquí es donde la iglesia se entera que el crecimiento no tiene que ver con campañas, reuniones o dinero sino con algo que para nosotros es mucho más costoso: Nuestra disponibilidad a obedecer a Jesús.
Esto nos enfrenta a cambiar, a ser humildes, a solo obedecer y dejar a un costado nuestras milagrosas ideas.
A confiar en el simple hecho de que si obedecemos sus mandatos Él será fiel y enviará el crecimiento prometido (1ra Corintios 3.7)
Le comparto un dato curioso: Desde que nos orientamos a ser una iglesia de células (3 años y medio) y dimos a estos procesos toda la prioridad no hemos tenido una sola campaña evangelística, no hemos dedicado tiempo a eventos ni programas, no hemos formado comisiones ni nombrado encargados de ministerios.
Sin embargo, hemos visto la mayor cosecha de esta iglesia en 40 años de vida.
Eso no es todo, creemos que lo mejor está por venir.
Si Jesús nos dio estos mandatos, es porque los podíamos cumplir, si los podemos cumplir Él promete dar crecimiento.
¿Podrá la iglesia por un corto tiempo dejar a un costado todo lo que está haciendo y probar si obedecer los mandatos de Jesús es efectivo?
Vale la pena intentarlo.
Un abrazo en Cristo.
Tito Osvaldo Robert.
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