En Mateo 22:37-39 la Palabra de Dios declara lo que Él valora para Su iglesia por sobre todas las cosas.
De esto nosotros hemos derivado en dos valores esenciales y podemos intentar aplicarlos en nuestras iglesias a través de todas nuestras acciones.
Nuestro primer valor es amar a Dios con todo nuestro ser.
Nuestro segundo valor es amar a las personas.
¿Están estos valores en nuestras acciones de la última semana?
Si no podemos identificar estos valores en nuestras acciones semanales deberíamos comenzar a ver el modo de incorporarlos a través de hechos simples pero concretos.
La presencia de estos hechos demuestra obediencia, coherencia y enfoque correcto hacia los valores que Jesús nos indicó como prioritarios.
LOS CAMBIOS DE VALORES EN LA IGLESIA
a) El cambio de valores es posible.
Mire a Jesús y sus discípulos, Él cambió sus valores de vida.
Ellos dejaron sus agendas propias para confeccionar sus agendas de acuerdo a las prioridades de Dios.
b) Cambiar valores lleva tiempo.
Jesús dedicó 3 años a cambiar los valores de sus discípulos y lo logró.
No buscó el éxito rápido sino se dedicó a un proceso lento pero seguro.
c) Cambiar los valores comienza con cada uno de nosotros.
Los pastores y líderes somos los que debemos cambiar primero, para con nuestro ejemplo (debajo del púlpito) formar nuevas generaciones de cristianos.
d) Cambiar nuestros valores (prioridades internas) es más difícil y costoso que preparar programas y eventos.
Nada nos costará tanto como vivir estos valores diariamente, justamente porque son los que más Dios espera y el diablo más espera que dejemos para más adelante.
Si alguien nos preguntara ¿Usted valora la salvación de un alma? ¡La respuesta seria SIIIIIII!!!!!!
Pero si la pregunta fuera ¿Le habló usted a alguien de Cristo en esta semana? La respuesta seria ¿Perdón, como dijo?
Amar a Dios como primer valor nos lleva a poner los valores de Dios en primer lugar.
¿Qué es lo que Dios más valora? Las personas.
¿Qué personas? El hermano (edificación mutua que es responsabilidad de todos los miembros) y el no-cristiano (alcanzado a través de nuestras relaciones).
Es necesario definir tareas claras que muestren si estos valores existen en la vida de nuestros miembros.
Si las tareas no están es porque no están los valores.
Porque todos nosotros hacemos lo que valoramos.
Las iglesias también.
Tito Robert
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