Boletín Crecer Nº 233 – «La Gran Diferencia»
La iglesia A y B han trabajado duro durante todo el año.
Tienen muchas cosas en comun. Las dos tienen un pastor, las dos tienen lideres, las dos tienen miembros, las dos trabajan, la dos tienen 365 dias y 24 horas diarias para usar. Las dos conocen claramente cuales son las cosas que Dios espera de ellas.
Las dos saben que sus Valores prioritarios tienen que ser amar a Dios y amar al projimo porque leyeron Mateo 22..34-40
Las dos saben que tiene que predicar porque leyeron Marcos 16.15.
Las dos saben que tienen que hacer discipulos porque leyeron Mateo 28.18-20
Las dos saben que los grupos pequeños son una herramienta poderosa porque han leido Mateo 18.20
Las dos saben que deben llevar el evangelio hasta lo ultimo de la tierra porque han leido Hechos 1.8
Los miembros de ambas iglesias son honestos, aman a Dios y quieren servirle.
Sin embargo al llegar a fin de año, la iglesia A ha crecido en personas que aman a Dios por medio de su vida devocional, ha crecido en personas que salen semanalmente a bendecir a otras personas, ha crecido en personas que semanalmente evangelizan en forma personal o grupal a otras personas, ha crecido en personas que hacen discipulos (enseñan y desarrollan a otros cristianos.), ha crecido en grupos pequeños que se insertan en la sociedad, ha crecido en nuevos miembros bautizados y ha crecido en su compromiso con llevar el evangelio hasta lo ultimo de la tierra.
Evidentemente para evaluar cada uno de estos aspectos la iglesia sabia cual era su realidad (datos) antes de empezar y conoce cuales son los datos ahora.
La iglesia A se coloco objetivos claros para poder verificar que realmente hubo crecimiento despues de un año de trabajo.
La iglesia B se mantiene firme pero no ha crecido, no hubo bautismos, no hay datos de quienes predican cada semana o hacen discipulos, los grupos pequeños se mantienen «en comunion» pero esteriles. El compromiso con llevar el evangelio «hasta lo ultimo» se ha reducido a enviar dinero.
Nos preguntamos porque hay resultados tan diversos entre ambas iglesias.
Cuando un miembro da el paso de hacer algo, ya sea tener un devocional, leer la bilbia, orar, predicar o enseñar es porque ha sido capacitado para eso, capacitado no significa que recibio un titulo sino que «sabe hacerlo».
Cuando un lider de celula puede ser ejemplo en presentar el evangelio a otra persona, hacer un discipulo o servir a la comunidad que lo rodea es porque el «sabe hacerlo».
Cuando un coordinador de celula alienta, contiene, brinda herramientas, modela, comparte vision y desarrolla a sus lideres es porque «sabe hacerlo».
A esta altura usted se estara preguntando ¿Como saben estas personas hacer estas cosas?
La respuesta es simple: Capacitacion.
En un lider la iglesia A que sale semanalmente a evangelizar y el de la iglesia B que no sale solo hay «Una Gran Diferencia», el primero se ha capacitado para adquirir el habito de hacerlo, lo realiza cadas semana y rinde cuentas de su accionar a su equipo. El lider de la iglesia B no.
Cuando hablamos de capacitacion no hablamos de clase de aula, hablamos de capacitar «en vivo», alguien solo esta capacitado cuando «hace» aquello que esta aprendiendo.
Para esto hace falta lideres que modelen para que los miembros aprendan a hacer.
La «Gran Diferencia» entre un grupo de lideres que mantiene grupos pero no puede quebrar la esterilidad y aquellos que rompen la esterilidad y ven a sus grupos crecer es que los segundos han hecho un esfuerzo extra por aprender a concretar aquellas acciones que todos sabemos hacen la diferencia.
En la lista de similitudes entre las dos iglesias vimos que las dos saben que hacer.
Sin embargo en la iglesia que crece ese saber es «saber hacer» y se concreta en acciones, en la iglesia que no crece ese saber es «conocimiento» sin accion.
Por eso «La Gran Diferencia» de la capacitacion se logra cuando el grupo de lideres de la iglesia se compromete en un ritmo semanal de
«aprender a hacer haciendo«, separando tiempo cada semana para concretar las acciones que marcan la diferencia (evangelizar y hacer discipulos) y rendirnos cuentas para que el trabajo se concrete.
La tranquilidad de la iglesia B en su forma de trabajar se transforma en pasividad y el crecimiento de la iglesia A se transforma en pasion.
Ese grupo de lideres que «cada semana» se desafia a crecer en capacitacion, accion y rendicion de cuentas es la gran diferencia entre los resultados que se logran a fin de año.
Mientras un grupo se mantiene enfocado, activo y diligente, el otro se desmotiva, se afloja y se entrega al mantenimiento que aunque es loable nunca les permitira soñar con crecimiento continuo y a largo plazo.
Mi recomendacion si quiere ver un 2011 diferente es que apueste a «La gran diferencia», comprometa a un grupo de lideres a capacitarse semanalmente, concretar cada uno las acciones de evangelismo y discipulado personal cada semana y rendir cuenta de su desempeño.
Esta decision me ha llevado a ver resultados en la mayoria de los grupos que he podido liderar.
Solo intentelo y aprendera a descubrir «La Gran Diferencia».
Tito Robert
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