Todos queremos en este 2006 ver a nuestras iglesias crecer porque sabemos que este es un indicador de que el reino de Dios se extiende.
Con las mejores intenciones cada uno intentará de diversas maneras y de acuerdo a su realidad hacer lo mejor para esto suceda.
Es increíble la diversidad de los medios con los que hoy cuenta la iglesia para intentar realizar la tarea de predicar y hacer discípulos y damos gracias a Dios por ellos. Todo aportará para que el reino crezca en la medida que como dijo Pablo “cada uno mire con cuidado COMO construye”.
Uno de los desafíos mayores y parte de nuestra responsabilidad como líderes es discernir cuales de los medios que estamos utilizando están realmente “construyendo” el reino y cuales solo están “distrayendo”.
Si el objetivo final y concreto es “hacer discípulos” y hacerlos “en todas las naciones” una sincera evaluación de nuestro 2005 nos mostraría si ese objetivo fue alcanzado al mirar los bautismos que hemos realizado y la integración estable de estos discípulos a nuestra congregación.
La radio, la televisión, la literatura, las campañas masivas, los eventos multitudinarios, la obra personal, y todos los medios que podamos utilizar deben ser evaluados para determinar si los resultados finales de dichas empresas coinciden con los objetivos o simplemente están ocupando nuestro tiempo, esfuerzo, recursos económicos y humanos.
Uno de los pilares de nuestra evaluación debería pasar por el porcentaje de involucrados del pueblo de Dios en la tarea de extender el reino y especialmente en los procesos que requieren de responsabilidad, cuidado y atención estable como lo es el proceso de discipulado personal o grupal de los que aceptan a Cristo.
En este marco de definir medios y tareas que puedan llevarnos a cumplir nuestros objetivos como iglesia me gustaría poner uno que esta al alcance de todas las iglesias, totalmente realizable con los recursos que cada una tiene y con un solo requisito que por supuesto no abunda: la disponibilidad.
La propuesta es simple. Una de las formas en que su iglesia puede este año crecer es compartir con sus miembros la simple idea de entre todos plantar en su barrio un jardín de plantas o flores.
Necesitará tierra y la hay en abundancia en todos nuestros barrios.
Necesita una buena semilla y todos tenemos la mejor en nuestras manos o mejor dicho en nuestra boca.
Necesita dedicar tiempo a sembrar esa semilla de manera continua, lo mejor será planificar un tiempo para hacerlo juntos, ya que cuando dejamos ciertas tareas en manos de una decisión espontánea de las personas generalmente ésta se posterga indefinidamente.
Necesita dedicar tiempo a regar y cuidar la semilla sembrada todo el tiempo que sea necesario hasta que esa semilla crezca, se haga planta y esté lista para dar fruto.
Esta al alcance de cualquier grupo poder realizar estas tareas y plantar un jardín en su iglesia.Cada dos meses usted puede mirar ese jardín y ver cuantas plantas han crecido y afirmado. A fin de año podrá ver con claridad que plantar un jardín lleno de nuevas plantas fuertes y listas para dar nuevo fruto es algo posible para usted y los suyos. Lleve a cada miembro de su iglesia a comprender que cada uno de ellos puede plantar una semilla, regarla, cuidarla y verla crecer.
Este medio de crecimiento enseñado por Jesús para su iglesia en pasajes como Mateo 13.1-32 y Marcos 4.26-29 es tal vez el más simple, el más económico y más olvidado por la iglesia. Puede involucrar a TODOS y permite guiar a cada miembro a desarrollar su responsabilidad personal como colaborador del reino.“Unos plantan, otros riegan y Dios da el crecimiento” (1ra Corintios 3.6)
Que este año puedas plantar tu jardín. Parece aburrido al lado de otros medios que hoy llegan a nuestras manos. Solo piensa un segundo en esto: Jesús no tuvo a su alcance la mayoría de los medios que hoy ocupan nuestro tiempo, pero el plantó un jardín y después de 2000 años sigue dando frutos.
¿ Qué espera para empezar el suyo ?
Tito Robert (Pastor)