«Instantáneo»
Gracias a un escrito de Cristian Franco esta semana pude visualizar más claramente los efectos de lo instantáneo en la vida del reino de Dios.
Tenía ganas de hacer un buen puré, por lo tanto fui hasta la verdulería y compré dos kilos de papa, ya en casa las lavé, las pelé cuidadosamente, las corté en cuadrados pequeños, las coloqué en el agua hirviendo y tuve que esperar el tiempo apropiado hasta que se cocinaron, las colé, les agregué leche y manteca, llegué al momento de aplastarlas hasta hacerlas puré y cuando estaba terminando se acerca mi esposa y me dice «acá tenías un sobre de puré instantáneo que se hace en 5 minutos».
Lo instantáneo nos inunda, café instantáneo, máquinas que nos dan lo que queremos en un segundo, comunicación instantánea a través del chat, msj, fotos sacadas en Japón que en un segundo están en Argentina, ni hablar de las compras al segundo por internet, si es instantáneo, rápido y fácil, mejor.
Por supuesto que lo que viene en este artículo no es un llamado a volver a la época de las carretas pero sí a ser conscientes de que esta mentalidad no puede trasladarse a todos los ámbitos y como veremos más adelante menos al reino de Dios.
Lo instantáneo se nos mete por los poros a diario en casi todos los aspectos de nuestra vida y sin darnos cuenta va perfilando nuestro carácter a disposiciones interiores como:
– Acceder fácilmente y sin esfuerzo a elementos y realidades.
– No importarnos el proceso necesario para alcanzarlos.
– No apreciar el esfuerzo que hace falta para alcanzar un logro.
Lentamente nuestro carácter se acostumbra a los logros instantáneos. Pero de a poco descubrimos con frustración que el principio de lo instantáneo no se aplica a construir nuestro carácter, a establecer una amistad profunda, a alcanzar logros trascendentes, a criar hijos, a adquirir hábitos cristianos, a consolidar un matrimonio, a formar una familia, a seguir a Jesús.
Frente al asombro por como el hombre logra sus objetivos cada vez mas rápido Dios sigue apostando a un día de 24 Horas, a que el sol salga cada mañana, a que las plantas, animales y personas mantengan sus ciclos de crecimiento, a que los bebés tarden 9 meses en formarse y a que nuestro cuerpo necesita descanso diario.
Dios parece estar dormido, el hombre es el que hace todo cada vez mas instantáneo mientras Dios parece un abuelo que ya no tiene inventiva ni capacidad para seguirle el paso tecnológico al hombre.
Sin embargo en Eclesiastés 7.13 la Palabra de Dios dice ¿ Quién va a enderezar lo que Él torció ? o dicho de otra manera ¿ Quién va a modificar lo que Dios ya ha establecido ?
Para Dios todo parece seguir teniendo sentido en el respeto por el día a día, en los ciclos y procesos que El estableció para que cada realidad se desarrolle correctamente.
Lo instantáneo se derrumba frente a la vida cristiana que necesita de los procesos diarios de confesión de pecados, oración, lectura de la Palabra, meditación, servicio al prójimo, predicación y discipulado para afirmarse.
Si alguien tenía poder para ejecutar lo instantáneo era Jesús, sin embargo respeta los principios de su padre y dedica tres años a la formación de sus discípulos más cercanos. (Marcos 3.13 al 19), la renovación del justo (que en muchas iglesias se produce cada vez más rápido y de manera más efectiva) se produce en medio de un proceso lento y doloroso como la renovación de las águilas según Salmos 103.5, el reino de Dios se asemeja a la figura de un granjero que cada día repite con esfuerzo hábitos conocidos hasta que ve la cosecha esperada, la figura de Dios trabajando en su pueblo es la de un alfarero que se tomará todo el tiempo necesario para moldear la vasija de acuerdo a su idea (Jeremías 18.3-4).
Podríamos seguir con los ejemplos que demuestran que el sello de Dios para la realización de su obra escapan de lo instantáneo, fácil, sin esfuerzo, sin valoración del proceso ocurrido, sin entendimiento de su obrar.
Muchas veces los líderes parecemos buscadores de máquinas expendedoras de logros eclesiales.
Gracias a Dios las respuestas no vendrán del hombre, vienen de Dios, de su palabra, de su forma de ordenar su reino, de los procesos que Él ha determinado para su creación, incluída su iglesia.
Si podemos dejar de buscar soluciones rápidas y nos entregamos a descubrir los procesos que Él ha diseñado para su iglesia, y los respetamos y nos entregamos a trabajar en ellos confiando en Él, estaremos lejos de encontrar lo fácil, lo sin esfuerzo, lo instantáneo pero muy cerca de empezar a ser una parte significativa de su reino.
Tito Robert (Pastor)