En el mundo actual hay una seria falta de líderes. La sociedad enfrenta problemas graves por su magnitud y profundidad. Algunos de ellos parecen tocarnos mas de cerca y otros parecen ausentes pero están ahí listos para volverse reales en cualquier momento .
Entre los problemas mundiales contamos con el desarrollo de armas nucleares, la violación de los derechos humanos, la crisis ambiental y de energía, la desigualdad económica, la desocupación prolongada, los conflictos laborales y los estallidos de violencia racial. En el campo moral los cristianos vemos como se ataca la estabilidad del matrimonio y la familia, los desafíos a las costumbres sexuales establecidas y a los roles sexuales y la instalación del aborto como método repetitivo de interrumpir la vida. La propagación del materialismo, la instalación del egoísmo, la búsqueda de la propia realización sin tener en cuenta al prójimo y la perdida de sentido de la vida hacia una realidad mas trascendente ya son parte de nuestro día a día.
Las personas están confundidas, desconcertadas y enajenadas, o como bien lo expresara Jesús , parecería que están “como ovejas sin pastor”.
Existen muchos tipos y grados de liderazgo. Los padres son lideres en sus hogares, los maestros son lideres en la escuela, los profesores en la universidad, los empresarios en el mundo comercial y de la industria, los pastores en las iglesias, los jueces, médicos, enfermeras, políticos, artistas, sindicalistas, periodistas, locutores de radio y televisión y asistentes sociales ejercen liderazgo en sus respectivos campos. A partir de los años sesenta los líderes estudiantiles aun con su corta edad han ejercido influencia sobre otros y han liderado movimientos.
Existe una gran necesidad de líderes que se caractericen por su discernimiento, valor y dedicación. Estos líderes tanto nacen como se hacen. El pedagogo Bennie Goodwin ha dicho “Los lideres en potencia nacen, los lideres eficaces se hacen”. Shakespeare nos dejo este verso “No teman la grandeza, Unos nacen con grandeza, otros la alcanzan y a otros les es impuesta”.
El liderazgo cristiano es una combinación de cualidades naturales y espirituales. Algunas nos son dadas por Dios como dones sin que realicemos ninguna acción para obtenerlas y otras Dios ha dispuesto que las alcancemos por medio de nuestro desarrollo y trabajo personal. Los dones que Dios nos ha dado se deben cultivar y el potencial de liderar se puede y debe desarrollar.
¿Qué hace falta para que no nos sentemos a esperar a que otros tomen la iniciativa sino que nosotros mismos nos hagamos responsables de liderar personas en esta sociedad confundida? ¿Cómo podemos abrir una senda de trabajo en la que otros se puedan involucrar?
El primer componente es asu mir este llamado de “llevar a otros”, de “guiar”, de “influenciar”, de “ser ejemplo”, de “servir” a las personas en el marco de realidad que Dios nos ha colocado. Así podremos lanzarnos con convicción a la tarea de desarrollarnos como líderes y servidores de aquellos que nos rodean y aportar el grano de arena que nos corresponde para que esta sociedad pueda enfrentar los problemas que hoy enfrenta.
En esta dirección y asumiendo que Dios nos esta llamando a hacer esta tarea trabajaremos semana a semana para sumar a todo lo que Dios ya nos ha dado a cada uno elementos, calidades y capacidades que nos permitan ser parte de aquellos que en el presente pueden aportar orientación, valores y convicciones firmes para un mundo que se tambalea.
Si aceptas este compromiso te invito a que caminemos juntos cada semana y seamos parte de lo que Dios esta haciendo en este momento en el mundo para ayudar y bendecir a las personas.
Estudios Basados en el Libro “La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos” de John Stott
Tito Robert
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