Dice Inodoro Pereyra «Yo no soy vago, soy tímido para el esfuerzo»
¿Qué tienen en común un cristiano, una célula, una iglesia, un ministerio, una asociación o un gran evento evangelístico?
Todos adoptan una postura frente al «Desafío de Trabajar en Procesos».
Sea cual sea tu función hoy me gustaría desafiarte a enfocarte en el «Desafío de Trabajar en Procesos» .
El cristiano bombardeado por anuncios de eventos a los cuales asistir…
La célula desorientada por tantas opciones de reuniones…
La iglesia sin poder desengancharse del tren de actividades…
Los ministerios que creemos alcanzar nuestros objetivos por el hecho de que las actividades existen o crecen…
Los grandes eventos que nos obligan a escuchar conclusiones en cuanto terminan y no un año después para evaluar sobre resultados consolidados… (O sea cuales son los resultados consolidados para la Iglesia local)
En todos los casos nos cuesta aceptar el desafío de trabajar en procesos.
Según un principio de la naturaleza,
«el crecimiento viene por lo regular y no por lo eventual» .
Esto nos pone a todos nosotros frente al desafío de los procesos regulares donde la planificación, la responsabilidad y la constancia se vuelven indispensables para alcanzar los resultados que deseamos.
Veamos algunos ejemplos
Como cristiano…
me es mas fácil asistir a eventos que involucrarme en trabajar en un proceso silencioso y anónimo como una vida devocional seria.
Me cuesta el proceso de relacionarme regularmente con cada vecino con el objetivo de evangelizarlo, pero me encantan los recitales.
Me cuesta trabajar semana tras semana con un discípulo y enseñarle que guarde lo que Jesús nos mandó, pero muero por escuchar un buen predicador.
Me cuesta involucrarme en un grupo pequeño donde cada vez me conocen más y están descubriendo como soy en realidad. Pero paso desapercibido entre la multitud.
Si Jesús me invita a trabajar en procesos diarios o semanales tales como la vida devocional, el discipulado, el evangelismo o experimentar la dinámica de un grupo pequeño es porque detrás de esos procesos descansan resultados que deseamos.
¿Como Células e Iglesias…
enfrentamos el desafío de no caer en sumar reuniones y actividades sino en guiar a nuestros miembros a involucrarse en los procesos vitales que Jesús nos mandó? ¿Cuántas personas de mi grupo se han involucrado en los procesos vitales (Vida devocional, Discipulado, Evangelismo, Células)? Este dato es el que me indica el grado de compromiso de nuestra gente con su Señor, quién nos manda congregarnos como un medio para y no como un fin en si mismo.
Soy como pastor o líder de célula un ejemplo de alguien como Jesús, que estaba comprometido con procesos vitales en su vida personal que impactaba a los que lo seguían. Que lejos quedó Jesús de ser un cristiano que asiste a eventos, que cerca quedó Jesús de ser un líder que trabajó en procesos regulares.
Creo que nuestros miembros están esperando que bajemos del púlpito y les mostremos como se hacen las cosas (evangelizar y discipular) y cuando nos vean involucrados en estos procesos ellos empezarán a creer que vale la pena entregarse a ellos.
Como ministerios…
necesitamos agregar a nuestras actividades el extra de acompañar a quienes servimos más de cerca y por más tiempo. El desafío de cada ministerio es no quedarse en el evento o la actividad realizada para servir a la Iglesia sino poder gastar tiempo en acompañar y ayudar a resolver los problemas que nacen cuando terminamos la tarea. No es responsable dejar solos a los que servimos y que ellos enfrenten las responsabilidades que nuestro ministerio generó.
No quiero decir que se pueda atender a todos de cerca, pero si podemos enfocarnos en aquellos que dan muestra de respuesta responsable y acompañarlos en el proceso de consolidar lo que el ministerio intentó transmitir.
Si cada ministerio puede mientras continúa con sus actividades normales, acercarse a x iglesias o pastores e involucrarse en un proceso de ayuda y compañía regular seguramente podríamos ver nuevos resultados.
De lo contrario no estamos lejos del pensamiento mágico o de suponer que la Obra es una máquina de café instantáneo donde 1 día y a determinada hora coloco una moneda y sale mi café preparado. El reino no funciona de esta manera, al menos todo lo que Dios creó, plantas, animales y personas han crecido y siguen creciendo por medio de procesos regulares.
Como generadores de eventos…
Billy Graham dice «5% es la decisión y 95 % el discipulado», y todos creemos que él tiene claros unos cuantos temas.
Sin embargo la mayoría de los eventos se promocionan hasta que se realizan y luego aparece el silencio.
1) Podríamos agregar a cada evento el acto responsable de preparar a los que harán el seguimiento de los frutos.
2) Podríamos gastar la mitad de los recursos en el evento y la otra mitad en promover, apoyar y acompañar procesos regulares posteriores al evento que permitan consolidar los resultados.
3) Podríamos formar a cada grupo o integrante del evento en incorporar la realidad de que sin procesos regulares posteriores como lo dice la Biblia «la raíz es de corta duración» (Mateo 13.21)
El desafío de trabajar en procesos regulares está delante nuestro, es menos atractivo que un evento, pero según la Biblia produce «a ciento por uno».
Es el desafío que cada sembrador acepta cada mañana cuando no negocia el trabajo anónimo, esforzado, silencioso, constante y responsable por el atractivo de lo instantáneo y publicitario.
El sembrador vive en la convicción de que su entrega al trabajo diario y la bendición de Dios van de la mano hace muchos años recogiendo fruto que trae Gloria a su nombre.
Tito Robert (Pastor)