En Argentina existe un dicho popular que dice así: «el que mucho abarca poco aprieta»; ¿que significa?, que si quieres hacer todo tu solo no podrás tener el control y fallarás en la actividad que realices quedando muy lejos de ser efectivo.
Existe un pensamiento colectivo en el liderazgo de la iglesia: «cuanto más arriba uno está en el liderazgo más autoridad, poder y control tiene».
Esto está muy lejos de ser un liderazgo saludable y es en todo caso, una forma de liderazgo que va en contra de la idea que Dios tiene sobre el asunto.
El primer error que se da en el liderazgo es creer que solo se puede liderar desde una posición o título. Esta idea errónea es una de las principales causas por la cual no se delega ciertas actividades en las iglesias.
La verdadera medida del liderazgo es la influencia, nada más, ni nada menos. Influenciar a los demás es cuestión de disposición, no de posición.
Cuando el pastor o líder encargado de una iglesia incorpora a su vida ministerial este principio, inmediatamente comienza a delegar y como resultado ve un crecimiento que jamás antes haya experimentado.
Existe un caso bíblico en que se puede ver claramente los resultados cuando el ministro de Dios deja de ministrar por posición y pasa a dirigir por delegar.
En Éxodo 18: 13-22, vemos a Moisés recibiendo consejos de su suegro Jetro que en su sabiduría pudo ver a un líder agobiado por tanto trabajo, cansado, agotado, a punto de perder el control sobre lo que lideraba.
Cuando Moisés presto atención al consejo de Jetro, pasó de ministrar a liderar.
Se convirtió en un hombre de Oración. (v19)
Comunicó la visión. (v20)
Desarrollo un plan de acción. (v20)
Seleccionó y capacito a líderes. (v21)
Les dio libertad de hacer el trabajo. (v22)
Hizo solamente lo que ellos no pudieron hacer. (v22).
¿Cómo se ve su liderazgo?. Le ayudo con algunas preguntas:
1)¿Hace todo usted y no delega porque cree que al hacerlo pierde autoridad y/o control?.
2)¿Tiene un equipo de líderes?
3)¿Qué potencial ve en su equipo?
4)¿Cuáles son los pasos que puede dar para desarrollar a su equipo?
5)¿Tiene un plan para seguir creciendo como líder y para desarrollar a su equipo?
6)¿Cuánto hace que no felicita a los miembros de su equipo pública y privadamente?
7)¿Cuanto está dispuesto a delegar a su equipo?
8)Luego que delega, ¿confía y apoya las propuestas de su equipo o tiende a no escuchar y solo a dar órdenes?
Amados consiervos delegar es la clave del crecimiento de la iglesia.
Jesús nos dejo su ejemplo al delegar tareas a personas que no «estaban preparadas» porque entendió que solo el hecho de delegarles lo que ya habían visto en su ministerio era la mejor preparación y entrenamiento para convertirlos en los líderes que luego del pentecostés fundarían la iglesia naciente.
Si su iglesia no crece, si no planta nuevas iglesias, si no envía misioneros hasta lo último de la tierra podrá buscar muchas causas posibles, pero sin dudas la falta de confianza para delegar y activar a su gente es una de las causas principales.
Recuerde, no puede hacer todo usted solo, no puede crecer si no delega, no puede alcanzar nuevas metas sin delegar, no puede transmitir una visión si no está dispuesto a delegar, y sobre todo si no delega, su liderazgo no será transicional sino que morirá juntamente con usted.
El manto alguna vez debe ser pasado a la siguiente generación para que continúe con el plan de Dios sobre la tierra, si su liderazgo se va a ir con carros de fuego a la presencia del Señor no se olvide de soltar su manto, de nada le servirá su ministerio terrenal en la eternidad.
Jorge Lonzi
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Como transformate en un líder eficaz