El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza… es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol. Mateo 13.31-32
El desafío de revisar nuestras raíces.
En el cuadro del árbol que Jesús nos presenta como símbolo del reino de Dios, para que el fruto llegue a producirse, es necesario que la savia corra por los canales apropiados (tronco). Aquí descendemos un escalón en nuestra mirada y descubrimos la importancia de las estructuras, programas y métodos pero en función de que estén sirviendo como un canal apropiado para que la savia corra.
Sin embargo nuestra tendencia es a endiosar los programas, métodos o estructuras y nunca revisarlos / las para ver si están cumpliendo con su propósito que es simplemente “ser una canal para que la savia llegue a los extremos y genere fruto”.
La vida de la iglesia no depende de lo que sucede en los momentos públicos, sino en las semillas que cada cristiano siembra día a día entre las personas a través de sus acciones diarias.
Las raíces del reino de Dios están formadas por nuestros valores, nuestra forma de trabajar para el reino y los propósitos que perseguimos.
Con la plena confianza que Dios sigue deseando darnos crecimiento, nos lanzamos con humildad y esperanza a mirar durante este mes una vez más nuestra realidad como iglesia para buscar y encontrar respuestas que nos ayuden a ser parte activa y sana del crecimiento del reino de Dios.
Oración: Señor, permite que mi entendimiento sea abierto para comprender los aspectos relevantes de tu reino y así poder desde mi experiencia hacer un aporte fundamental para su extensión aquí en la tierra.