En el encuentro de líderes de células recibimos capacitación o entrenamiento de herramientas nuevas para seguir creciendo en esta tarea y chequeamos, revisamos y corregimos el trabajo que hacemos en cada grupo.
Hay aciertos y errores, hay equivocaciones al desviarnos de la forma de trabajo acordada como equipo de líderes y es sano asumir esos errores para poder rectificar el rumbo y seguir claramente hacia el objetivo.
Algunos de estos errores son: mudar la célula por alguna razón (aparentemente válida) a un hogar de una persona no miembro de la iglesia… hemos visto que no es lo correcto y que da lugar a situaciones desfavorables.
Otro error común es «adaptar» en algún aspecto la célula a alguna condición personal del anfitrión (ej: que tipo de personas invitar). Si no hay razones serias para esto es bueno respetar lo decidido por la iglesia y no poner ningún impedimento a la visita de ninguna persona.
Tercer error: permanecer en un hogar después de años sin crecimiento por insistencia del anfitrión, sin ver compromiso de hacer cambios en la forma de servir a las personas que asisten al hogar.
La Palabra de Dios es para todos, nuestra responsabilidad es compartirla con todos, pero también chequear y corregir situaciones que no suman a la propagación del evangelio, y avanzar y crecer en las oportunidades válidas donde se respetan las razones de la iglesia para trabajar en células.
Es importante que cada líder pueda tener oportunidad de revisar y corregir su desempeño para evitar que el grupo se lastime o afecte por malos entendidos o confusiones que pueden ser evitadas revisando como trabajamos.
Por esto es tan importante el tiempo de entrenamiento y capacitación de líderes para crecer y afinar cada día nuestro servicio a Dios y a las personas.