Dios esta poniendo delante nuestro nuevos desafíos dentro del desarrollo de la iglesia. En los tiempos que vivimos son comunes situaciones que no habíamos vivido antes y necesitamos de Dios la sabiduría para poder atenderlas como corresponde.
Creo que debemos actuar y avanzar de acuerdo al obrar de Dios. Si Dios esta trayendo personas a nuestras células en la iglesia con problemáticas nuevas es nuestra responsabilidad buscar en Él y en su Espíritu Santo la sabiduría y el amor necesarios para poder llevarlas a sus pies.
Concretamente estamos viviendo la realidad de numerosas mujeres que han sufrido abusos y relaciones de parejas violentas y están encontrando en el amor de Dios el descanso y el alivio a tanto dolor. Pero esas heridas internas que sólo Dios puede sanar necesitan de parte de nosotros un cuidado y una atención especial.
Cuando servimos a Dios estamos con las expectativas de recibir de Dios más de lo que esperamos, porque sabemos que sólo Él puede obrar maravillas en las vidas que lo necesitan.
Y cuando encuentra en sus hijos personas dispuestas a ser usadas por Él experimentamos el privilegio de ser parte en la restauración de vidas muy lastimadas, desesperanzadas, que hoy gracias a su poder y amor pueden volver a creer y disfrutar de la relación personal con un Dios amante y misericordioso.
El desarrollo y crecimiento de la iglesia nunca se detiene porque Dios siempre esta obrando a nuestro alrededor y al obedecer la tarea que Él nos encargó formamos parte de su obra.
No te detengas ni desanimes si hay situaciones que no sabés como enfrentar, Dios va adelante, va abriendo las puertas y dándote la sabiduría y capacitación para ser de bendición a cada persona.