¿Cuál es el plano predominante en su Iglesia?
¿Se anima a descubrirlo?
¿Quiere que lo intentemos juntos?
Ahí vamos…
Todas las iglesias expresan una forma de actuar que está determinada por la mayoría de sus miembros.
Sin darse cuenta un grupo de personas se va volcando a vivir la vida en comunidad dando mas preponderancia a uno de los tres planos en que una iglesia se puede mover.
¿CUALES SON ESOS PLANOS?
El primero lo podemos llamar el plano de los sentimientos o emociones.
Este plano es sumamente importante en la iglesia ya que se vuelve el motor que brinda energía para la acción.
El segundo plano lo llamaremos el de los pensamientos.
Aquí se encuentra la reflexión como instrumento necesario para tomar decisiones que nos lleven a la acción.
El tercer plano lo denominaremos el de la voluntad o la acción.
Es la concreción de todo aquello que sabemos que tenemos que hacer (plano del pensamiento) y de aquellos que sentimos que debemos hacer (plano del sentimiento).
Aquí ya vemos que ambos planos (el sentimiento y pensamiento) funcionan como motores y generadores de los escalones necesarios para llegar a la acción (voluntad).
¿QUE RELACION TIENEN LOS PLANOS CON LA IGLESIA?
Todas las iglesias funcionan en estos planos simultáneamente, por momentos las cosas que hacen las llevan a sentir, en otros momentos a reflexionar y en otros a actuar.
Es bueno hacer una lista de todas las cosas que nuestra iglesia hace semanalmente y señalar a que plano apunta esa actividad o programa.
Porque como veremos más adelante, podemos ser iglesias atascadas en los planos de sentimiento (mucha canción y emoción) o en el plano de los pensamientos (mucha reflexión y estudio) y no alcanzar nunca el plano de la acción que es en definitiva el que cambia las cosas.
Por dejar un ejemplo simple y concreto (aunque algo duro) si Jesús hubiera actuado hacia nosotros en el campo del sentimiento (deseos de salvarnos) solamente o en el plano de la reflexión (razonar en la importancia de redimirnos) pero no hubiera llegado al plano de la acción (dar su vida en la cruz) nosotros estaríamos hoy camino al infierno.
De aquí la importancia de mirar lo que estamos haciendo como iglesia a fin de clarificar en que planos estamos funcionando.
Por ej.:
Escuela dominical apunta a la reflexión.
Adoración apunta al sentimiento y reflexión.
Reunión de célula apunta al sentimiento y la reflexión.
El mensaje apunta a la reflexión y al sentimiento.
Usted estará pensando que todas estas cosas apuntan a que después los miembros actúen, en eso estamos de acuerdo, pero es bueno detenernos a ver que si bien todo esto apunta a la acción de los miembros no la alcanza en ese momento.
Ahora bien, Jesucristo deja claro que la acción (el hacer, el obedecer en el plano de la acción, el practicar sus enseñanzas) es el punto de culminación para un seguidor de Él.
La palabra directa a sus seguidores no apela al sentimiento («Sientan cosas por mi»), no apelan a nuestros pensamientos («Reflexionen sobre mi») sino que apunta al centro de nuestra voluntad («Síganme») que es la que determina nuestras acciones.
Una recorrida breve a un evangelio nos muestra este énfasis
Mateo 5.19 ”Cualquiera que los HAGA (plano de la acción) y los enseñe (plano del pensamiento)»
Mateo 5.46-47 «Si aman a los que los aman, no HACEN lo mismo los no cristianos…» (plano de la acción como marco de referencia para mostrar cuál es la diferencia entre el cristiano y el no cristiano)
Mateo 7.21-23 «Entrará en el reino el que HACE la voluntad…» (plano de la acción)
Mateo 7.24-27 «el que oye (plano de pensamiento y reflexión) y las HACE (plano de la acción) es un hombre prudente…
el que oye (plano de pensamiento y reflexión) y no las HACE (no pasa al plano de la acción) es insensato».
En este pasaje la diferencia entre los dos hombres no radica en el plano del pensamiento y la reflexión (en esto los dos hombres están iguales).
La diferencia está en que uno pasa al plano de la acción y el otro no, y Dios define claramente a uno y a otro.
¿Se va dando cuenta de la importancia de saber en qué plano estamos viviendo?
Mateo 12.30 «El que no recoge (plano de la acción), desparrama»
Imagine que hay basura tirada en el piso, o usted pasa a la acción positiva de recogerla o si usted no hace nada, ya está realizando una acción negativa (es de los que desparraman).
Fíjese como en este caso los planos de sentimiento o pensamiento quedan a un costado, el plano de la acción habla tan fuerte que determina nuestra posición como seguidores de Jesús.
Mateo 21.43 «El reino será dado a gente que produzca fruto»
Todo granjero sabe que nada podrá alcanzar mientras viva solamente en el plano de los sentimientos («tengo muchos deseos de cosechar») o de las reflexiones («hoy tendría que trabajar 8 horas para alcanzar la producción»).
Para ver fruto él deberá vivir (aparte de los otros planos) en el plano de la acción.
Jesús dice que él le va a dar el reino a gente que viva así.
Terminamos esta recorrida con el pasaje de Mateo 25.31 al 46 (nada menos que el juicio a las naciones) y una vez más recae toda la centralidad del pasaje en el plano de la acción.
«En cuanto lo HICISTE (plano de la acción) a uno de estos…»
Otra vez Jesús determina nuestra conducta no por nuestros sentimientos o nuestros pensamientos sino por nuestras acciones.
¿En qué plano vive usted?
¿En qué plano vive su Iglesia?
Uno de los engaños mas simples de Satanás es mantener nuestras iglesias completas en el plano de lo que sentimos («me gustaría discipular») y de lo que pensamos («debemos predicar»).
Debemos alcanzar el plano de concretar lo que sentimos y pensamos en acciones reales
Mire su vida y su iglesia un momento: ¿Hablan de lo que sienten?
¿Hablan de lo que piensan?
o ¿HABLAN DE LO QUE HACEN?
Dios nos ayude a iniciar un camino donde valorando los planos del sentimiento y la reflexión podamos utilizarlos como escalones para alcanzar regularmente el plano de acción en cada una de nuestras iglesias.
Un abrazo en Cristo.
Tito Osvaldo Robert.
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