Hay diferentes razones por las cuales una célula no crece… la más simple es porque no esta sana en su mayor parte. Con las células cristianas sucede algo similar. Entonces pensemos ¿qué indica que una célula esta sana?
Una célula sana cumple eficaz y continuamente su función. Las células cristianas tienen como objetivo alcanzar al perdido y ayudarlo a crecer en la fe. Tiene mucha importancia que esto esté claramente definido en el grupo y que el líder sea el ejemplo en cumplir esta función por medio de la visitación a personas nuevas a quienes presentar el evangelio y por medio del discipulado de los que aceptan aprender y crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios.
El grupo celular como un equipo trabaja con el objetivo claramente definido, evaluando los resultados de sus acciones, corrigiendo y mejorando para lograr juntos testificar y cuidar a las personas.
Trabajando de esta forma una célula puede ser más efectiva que una iglesia, ya que un grupo de 5 personas (grupo base) puede crecer hasta duplicarse brindando en forma íntima y personal un cuidado mucho mejor que el que una persona puede recibir en un grupo grande.
Cuando como célula tenemos el objetivo claro, líderes que dan el ejemplo en la tarea a realizar, evaluación de lo que hacemos, corrección de los errores y constancia en el servicio veremos nuestra célula crecer y lograr los frutos que Dios espera. No tendremos frutos instantánea ni mágicamente, tendremos frutos resultado de un proceso de siembra, riego, cuidado y crecimiento.
Dios da el crecimiento a su iglesia y nosotros somos las herramientas en sus manos realizando las tareas que nos encargó para llegar a ver los frutos.
Revisemos que parte de nuestra función no estamos realizando porque una célula sana crece cumpliendo su función.
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