Desde que nacemos los seres humanos somos imitadores. El 90% de lo que aprendemos lo aprendemos por ver como lo hacen otros. En la Biblia tenemos varios ejemplos de hombres que usaron la imitación para alcanzar objetivos.
¿Es importante para un líder de iglesia ser ejemplo que otros puedan imitar?
Un ejemplo bíblico es el de Gedeón. En este caso para ganar una batalla y derrotar a los enemigos de Israel (Jueces 7: 15 al 22). Cuando Dios convenció a Gedeón de que les daría la victoria sobre los madianitas, repartió a los 300 soldados elegidos en 3 escuadrones y les ordenó “Fíjense en mí, y hagan lo mismo que me vean hacer”. Tocaron las trompetas, rompieron los cántaros, alzaron las teas encendidas, todo lo hicieron sincronizadamente imitando a Gedeón. Y el Señor les dio la victoria!
Jesús y Pablo en su ministerio fueron ejemplos de conductas y actitudes espirituales que luego recomendaron que sus discípulos imitasen.
¿Como aprende alguien que recién recibe a Cristo a leer la Biblia, a orar, a dar testimonio? Ser líder va estrechamente unido a ser ejemplo. Los líderes de célula con su vida marcarán un camino que será imitado por sus discípulos y grupo celular.
Es importante examinar cada día nuestra vida a la luz de la Palabra de Dios y corregir lo que no esta de acuerdo a su voluntad, para que consolidados en la fe podamos ser ejemplos dignos de imitar.
Que puedan aprender viendo en nosotros el ejemplo de guiarnos por la Palabra de Dios, de estar en comunicación con nuestro Padre, de compartir nuestra fe, de ayudar a crecer espiritualmente, de bautizar, de acompañarlos a servir, de participar en la iglesia cumpliendo una función.
(Juan 13: 15) Éste es el modelo bíblico y la mejor forma de enseñar a vivir la vida espiritual: que vean en nosotros un claro ejemplo.